Salud
Toxicología
Los Bifenilos Policlorados (PCB)

Integran la lista de los 12 Contaminantes Orgánicos Persistentes (POC por su sigla en inglés) para la OMS. Permanecen muchos años en el medio ambiente. Se propagan por el agua y el suelo y se acumulan en el tejido adiposo de distintos organismos vivientes dando lugar al fenómeno de biomagnificación a través de la cadena alimentaria.

Por Ana María Pertierra

Junto con otros tóxicos clorados, como los pesticidas, los bifenilos policlorados, también conocidos como PCBs, representan una amenaza para el medio ambiente. Son un amplio grupo de compuestos químicos que, por su alta constante dieléctrica y elevada estabilidad térmica, se utilizan entre otras aplicaciones como aditivos aislantes y refrigerantes para equipos eléctricos.
Considerados como "probablemente carcinogénicos" (grupo IIA) por la IRAC (International Agency for Research on Cancer), dependiente de la OMS pueden dar origen por su tratamiento térmico a las dioxinas, las sustancias más tóxicas producidas por el hombre, categóricamente cancerígenas para los organismos internacionales.
Según Carlos Colángelo, docente de la Cátedra de Toxicología de la Universidad de Morón y perito bioquímico forense de la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires, "de los 209 compuestos PCB no todos conducen a la formación de las dioxinas".
Existen otras fuentes de dioxinas como la industria química, la del asfalto, la del cemento, la incineración de residuos hospitalarios, hornos crematorios, tráfico vehicular, etc.
Sin embargo, los PCBs son muy estables, perduran en el medio ambiente, no se degradan y por ser liposolubles contribuyen con el fenómeno de bioconcentración y biomagnificación, proceso por el cual el tóxico se concentra de una especie en otra a medida que se avanza en la cadena alimentaria hasta llegar al último eslabón.
De acuerdo a la cantidad de PCB que contiene un fluído eléctrico se lo clasifica como: libre de PCB si tiene menos de 50 ppm; contaminado con PCB si la cantidad medida está entre 50 y 500 ppm.y PCB, cuando la cantidad supera 500 ppm.
"Los ensayos usados para su análisis son métodos cromáticos de screening, útiles para el trabajo de campo, que luego deben ser confirmados por cromatografía gaseosa", comentó Colángelo.

Concentración y tiempo

Ana María Girardelli, médica especialista en toxicología y subjefa del Servicio de Toxicología del Hospital de Niños de La Plata, señaló que los parámetros que definen la toxicidad son: la concentración del tóxico y el tiempo de exposición dando lugar según el caso a: intoxicaciones agudas, elevada concentración con breve tiempo de exposición, o crónicas cuando la concentración del tóxico es ínfima pero, el tiempo de exposición es prolongado.
La intoxicación aguda con este tipo de productos -explicó- da lugar a síntomas irritativos que, según sea la vía de exposición, pueden ser dermatitis, para el contacto cutáneo; tos, disnea e irritación nasal si es inhalatorio y vómitos o ardor oro-faríngeo si el contacto es digestivo.
Cuando la intoxicación es crónica, el ingreso continuo de mínimas dosis al organismo le impiden una eliminación normal y el producto se acumula hasta que aparecen los síntomas
El cuadro clínico por exposición crónica a PCB tiene distintas manifestaciones. Las más importantes son las cutáneas (cloroacné) pero también están las neurológicas y las hepáticas. Otro tipo de alteraciones, no tan frecuentes, son las endocrinas, principalmente relacionadas con la función ovárica y las del sistema inmune. Más allá de estos cuadros clínicos, estos compuestos están sospechados de provocar el efecto cáncer.
"Se ha demostrado que en animales de experimentación producen cierto tipo de cánceres como el carcinoma de hígado, de vías biliares, de vesícula biliar y en menor proporción cáncer de páncreas", aclaró Girardelli. Por estos datos -agregó- es que los PCBs entran en la categoría de probablemente cancerígenos".

Medidas de seguridad

Si bien en algunos países está prohibido el uso de PCB desde hace más de 20 años, se siguen comercializando fronteras afuera. Los organismos internacionales que alertan acerca del peligro de estas sustancias han propuesto como límite para su erradicación el año 2010.
"Más importante que discontinuar el uso de PCB es tener un destino programado para los residuos. La sola idea de buscar un recóndito lugar de depósito implicaría comprometer las napas de aguas, el suelo, la producción agrícola y la salud de la población actual y la de las generaciones futuras", subrayó Girardelli.
Hay muchos métodos para la transformación de PCB en compuestos inocuos pero requieren de sofisticada tecnología (plasmas) bajo condiciones de elevadas temperaturas y métodos químicos que permiten quitarle el cloro a las moléculas y transformarlas en sustancias menos peligrosas. Esa tecnología no está al alcance de todos los países.
"Una de las formas de controlar este contaminante sería limitar su uso a sistemas exclusivamente cerrados bajo rigurosas medidas de mantenimiento", concluyó Colángelo.