Interés General

Crece la desigualdad en materia de salud

Los ciudadanos porteños tienen un presupuesto que supera el doble del que cu entan los habitantes de la provincia de Buenos Aires, de acuerdo a cifras de un estudio privado.

La Argentina destina unos 28.000 millones de pesos anuales a la atención de la salud, pero la distribución de esos fondos continúa siendo muy desigual, ya que en el caso del sistema público la inversión en servicios sanitarios por persona cae a menos de la mitad, de 380 a 180 pesos, con sólo cruzar la avenida General Paz, que marca el límite entre Capital y provincia de Buenos Aires.
En todo el país, la salud pública invierte casi 7.000 millones de pesos anuales (el 25 por ciento del gasto total) para atender a la población que carece de obra social o empresa de medicina prepaga, lo que representa unos 200 pesos anuales per cápita promedio.
Pero mientras en la Capital la asignación anual por persona alcanza los 379 pesos, el presupuesto bonaerense, por todo concepto, dispone sólo de 180 pesos para una población más empobrecida y con mayores necesidades, de acuerdo con un estudio realizado por la Asociación Civil de Actividades Médicas Integradas (ACAMI).
Si bien “la salud es el negocio que mueve más dinero del mundo”, como sostiene el ministro Ginés González García en su nuevo libro “Salud para los argentinos”, en la Argentina no moviliza la misma cantidad de pesos para todos por igual.
Esto se refleja en las cifras: mientras los 2,8 millones de personas que se atienden en las prepagas invierten un promedio 385 pesos por mes, quienes deben confiar su salud al hospital público disponen apenas de 32 pesos mensuales, es decir, una relación de 12 a 1.
De acuerdo con las últimas cifras elaboradas por el Ministerio de Salud, en el 2003 el gasto sanitario en la Argentina ascendió a 27.833 millones de pesos, que equivalen al 7,3 por ciento del producto bruto, y representan unos 745 pesos anuales por persona.
El gasto sanitario y su distribución desigual será uno de los temas centrales del VII Congreso Argentino de Salud que deliberará entre el 23 y el 24 de septiembre próximo en Mar del Plata organizado por ACAMI, que nuclea, entre otras instituciones sin fines de lucro, a la Fundación Favaloro, el CEMIC, Instituto Fleni, los hospitales Alemán, Austral, Británico, Italiano y San Juan De Dios, la obra social OSDE, los sanatorios Mater Dei y San José, la Fundación Médica de Mar del Plata y la Clínica Adventista del 7° Día.
El ministro de Salud bonaerense, Ismael Passaglia, precisó que el presupuesto provincial destinado a la atención médica es de 1.130 millones de pesos anuales, a lo que se deben sumar dos fondos: 700 millones que aportan los municipios y otros 700 millones que envía la provincia en concepto de coparticipación, aunque sin afectación específica.
En el mejor de los casos, si los intendentes destinaran la totalidad de los fondos a la atención en salud, el gasto per cápita del sistema sanitario bonaerense se elevaría entonces a 182 pesos anuales.
En cuanto al sector público, la estadística refleja que la inversión mayor proviene de los presupuestos provinciales: 2 de cada 3 pesos que se gastan en salud pública los ponen las provincias, que el año pasado aportaron 4.713 millones (69 por ciento), mientras la Nación destinó 1.319 millones de pesos (19 por ciento) y los municipios 796 millones (12 por ciento).
Al respecto, el titular de la Comisión Interhospitalaria bonaerense (Cicop), Jorge Yabkowski, señaló que “casi 20 millones de personas tiene al sector público como única cobertura y otros 17 millones de personas lo utilizan eventualmente por urgencias o complicaciones. Hasta el propio presidente de la Nación se atiende en un hospital público”.
En cambio, para Marcelo Mastrángelo, integrante de la Comisión Organizadora del VII Congreso Argentino de Salud, “el problema no es tanto el dinero que se destina a la salud en el país, sino cómo se aplican los recursos”.
En muchas provincias, los menores presupuestos para la atención de la salud se combinan con un mayor porcentaje de población que carece de obra social o prepaga, dando lugar así a los peores indicadores en materia sanitaria del país, como ocurre con la mortalidad infantil, que en la región noreste (Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones) llega al 23,2 por mil, cuando la media del país es de 16,3.
En ese sentido, el presidente de la Asociación Médica Federal y secretario general de la Federación Médica chaqueña, Miguel Matta, hizo notar que “la medicina prepaga es ínfima en la provincia, y la atención en obras sociales y el Pami es muchas veces insuficiente, por lo que se demanda atención en el sector público”.
“Chaco tiene los peores índices de todo tipo. El 74 por ciento es pobre, el 42,9 indigente, las obras sociales en su mayoría dan servicios deficientes por incapacidad económica y llevan a que más del 70 por ciento se atienda en el sector público”, describió Matta, quien disertará en el VII Congreso Argentino de Salud, pero no limitó el caso a Chaco.
Otro dato que llama la atención en el sistema sanitario es que el gasto de bolsillo de la gente es alto, ya que alcanza unos 9.400 millones de pesos anuales, y engloba los honorarios de consultas y prestaciones médicas sin seguro social, la compra de medicamentos de venta libre y el pago del porcentaje de los fármacos no cubiertos por la obra social o la prepaga, entre otros conceptos.
El medicamento es el bien de consumo familiar cuya financiación es más regresiva, ya que representa más del 80 por ciento del gasto total en salud en los hogares más pobres y sólo el 40 por ciento en los más ricos.
Esta diferencia obedece a la incidencia del gasto en salud sobre el ingreso total y a que como los sectores de menores ingresos carecen de obra social o prepaga, deben atenderse en el hospital público, y las recetas no obtienen descuento en las farmacias.

El Conurbano

El conurbano bonaerense, con sus 9 millones de habitantes, es una permanente fuente de pacientes para los hospitales porteños, que muchas veces ven superada su capacidad ante una demanda cada vez mayor.
El ministro de Salud bonaerense, Ismael Passaglia, indicó que en la Provincia se destinan 1.130 millones de pesos para el funcionamiento de los 76 hospitales provinciales y programas de salud como tuberculosis, SIDA y oncología.
A su vez, las comunas destinan unos 700 millones de pesos y la provincia envía a los 134 municipios otros 700 millones más para el mantenimiento de los 190 hospitales comunales.
“Aunque el intendente no está obligado a gastarlo en esa área, por lo general, lo hace”, explica Passaglia.
La situación sanitaria en las provincias será otro de los puntos que debatirán en el VII Congreso Argentino de Salud, que se llevará a cabo en Mar del Plata, entre el 23 y el 24 de septiembre próximo organizado por ACAMI.
En una provincia donde casi 9 millones de personas se agrupan en el cordón que rodea a la Capital Federal y más de la mitad de ellos son pobres, la demanda en la atención de salud pública supera largamente el 48,8 por ciento de las estadísticas que marca el Ministerio de Salud como el sector sin cobertura social, según el estudio de ACAMI.
En la provincia de Buenos Aires se atiende aproximadamente a un 60 por ciento de la población en el sector público, que incluye al pobre, que no tiene otra opción; a una parte de la clase media, porque la atención es buena y hay hospitales de renombre; y a los accidentados, puntualizó el ministro de Salud bonaerense.

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