Más de 2.600 millones de personas,
es decir más del 40 por ciento de los habitantes del planeta, carecen
aún de servicios sanitarios básicos y más de mil
millones tienen sólo acceso a agua no potable.
Tal es el alarmante diagnóstico de la situación
en buena parte del mundo que hacen dos agencias de la ONU, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas p ara la Infancia
(UNICEF), en un informe publicado hoy en Ginebra.
El estudio, que detalla los progresos de países y regiones individuales
entre 1990 y 2002, predice el probable cumplimiento de uno de los llamados
objetivos de desarrollo de la ONU para el milenio: el de reducir de aquí
al año 2015 a 800 millones el número de personas sin acceso
a agua potable en todo el mundo.
Por el contrario, no parece que pueda realizarse el relativo a los servicios
sanitarios básicos: si un 49 por ciento de la población
mundial tenía en 1990 acceso a los mismos, en 2002 tan sólo
se había llegado a un 58 por ciento, con lo que se está
todavía muy lejos de la cobertura del 75 por ciento deseada para
el año 2015.
Para cumplirse ese último objetivo, fijado en la Cumbre del Milenio
de la ONU de hace cuatro años, la población que carece de
esos servicios tendría que reducirse de los 2.600 millones actuales
a 1.900 millones en 2015 y, de continuar el ritmo actual, se fallará
la meta en más de 500 millones de personas.
Según el informe, Asia oriental es la región donde ha aumentado
más rápidamente el índice de cobertura - de un 24
a un 45 por ciento-, gracias sobre todo a los progresos de China, pero
en ese continente todavía tres de cada cuatro personas no tienen
acceso a una letrina mínimamente aceptable.
América Latina y el Caribe está muy cerca del cumplimiento
ya que la cobertura pasó allí de un 69 por ciento en 1990
a un 75 por ciento en 2002, sólo un 2 por ciento por debajo del
nivel requerido para llegar en 2015 al objetivo del 84 por ciento de cobertura
sanitaria establecido para esa región en concreto.
Las regiones más atrasadas por el momento son el Sur de Asia, con
sólo un 37 por ciento de cobertura, y sobre todo el Africa subsahariana,
con un 36 %.
Esta situación significa que por muchas partes del mundo en desarrollo
seguirán extendiéndose inmundicias y enfermedades, morirán
millones de niños y muchos millones más se quedarán
al borde del abismo.
“Las crecientes disparidades entre quienes tienen acceso a los servicios
básicos y quienes carecen de ellos provocan la muerte diaria de
alrededor de 4.000 niños y son una de las causas subyacentes de
muchas más de los diez millones de muertes de menores que se registran
al año en todo el mundo”, critica la directora general de
UNICEF, Carol Bellamy.
Aunque las regiones en desarrollo son las que corren mayor riesgo, el
informe señala algunos fenómenos también preocupantes
en zonas industrializadas, donde sólo se ha conseguido aumentar
en un 2 por ciento entre 1990 y 2002 la cobertura sanitaria básica
de la población.
Así, sólo un 83 por ciento de los habtantes de la antigua
Unión Soviética tienen acceso a instalaciones sanitarias
adecuadas, y ese porcentaje podría disminuir debido a la presión
demográfica y a las dificultades económicas que atraviesan
las repúblicas sucesoras.
Las consecuencias de la falta de acción son muy graves, según
la ONU, que recuerda que alrededor de 1.8 millones de personas, en su
mayoría niños de menos de cinco años, fallecen anualmente
por enfermedades de tipo diarreico y millones más se ven debilitados
con carácter permanente.
Además, en Africa se pierden al año más de 40.000
millones de horas de trabajo por culpa de la necesidad de recorrer kilómetros
en busca de agua potable, y muchos niños, y en especial niñas,
no van a la escuela debido a la falta de letrinas, lo que representa un
grave desperdicio tanto intelectual como económico.
Fuente: Agencia EFE
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