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Descubren la primera
conexión genética entre el cáncer y el envejecimiento |
La idea de que a mayor edad, mayor riesgo de cáncer,
ya venía siendo apuntada en distintos estudios epidemiológicos.
Lo que se desconocía hasta ahora era la conexión molecular
entre ambos procesos.
El descubrimiento vino de parte de un grupo de científicos españoles,
encabezados por el oncólogo Manel Esteller. Detectaron la primera
pista genética para entender hasta qué punto se asocian
cáncer y envejecimiento.
El punto de partida fue sencillo: estudiar en células tumorales
el gen que causa un raro proceso de envejecimiento prematuro (el síndrome
de Werner, cuyos afectados aparentan 80 años cuando sólo
cuentan 40 y tienen más enfermedades y cánceres). El gen
Werner que causa este síndrome previene el envejecimiento y está
inactivado en estos pacientes.
Lo que detectó el equipo español es que el gen Werner
está asimismo inactivado en el 25% de los 600 cánceres
estudiados.
La diferencia es que en el síndrome de Werner la inactivación
es consecuencia de una mutación (cambio en la secuencia) y en
el cáncer se produce por una metilación epigenética
por una alteración bioquímica del ADN que no afecta a
la secuencia genética pero que impide la expresión del
gen.
"La función del gen Werner es reparar el ADN, y por eso
es un gen que protege del envejecimiento. Como máquina reparadora
de ADN también protege frente al cáncer", explica
Esteller.
Este oncólogo aventura que a partir de su hallazgo, otros investigadores
van a estudiar más genes del cáncer para ver si están
relacionados con el envejecimiento y, a la inversa, otros genes del
envejecimiento para ver si también están implicados en
el cáncer.
El hallazgo fue publicado en la revista Proceedings of the National
Academy of Sciences (PNAS) y según los especialistas ya tiene
alguna aplicación clínica inmediata, dado que los tumores
que tienen inactivado el gen Werner (principalmente cánceres
de colon, de estómago, linfomas y sarcomas), que al no poder
reparar correctamente el ADN, también son más vulnerables
a algunos tipos de quimioterapia que atacan este ADN.