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La influencia genética

"Si bien se sabe que tener un colesterol LDL (o colesterol malo) bajo tiene un efecto protector sobre el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, no se sabe si es un efecto puro o está contaminado por otros factores, como no fumar o mantener una dieta sana. En este estudio se trató de analizar en forma ingeniosa el efecto puro del LDL bajo", destacó Marcelo Trivi, jefe de Cardiología del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires.
Y no es un dato menor porque se tomó una población en seguimiento y se detectó a los portadores de la variante de un gen que codifica una enzima que es parte del metabolismo del colesterol. "Los portadores de la variante del gen (llamado PCSK9) tienen genéticamente bajo colesterol LDL. Independientemente de otros factores de riesgo en distintas razas, los portadores de esta variante genética tuvieron una marcada reducción del riesgo cardiovascular luego de 15 años (el período que duró el estudio), aun con pequeñas reducciones del colesterol LDL. Si bien estas reducciones son alcanzables con dosis bajas de fármacos como las estatinas, la reducción del riesgo supera lo esperado con la manipulación farmacológica", agregó.
El avance es significativo. "La medicina está tratando de anticiparse al desarrollo de los ataques cerebrales, los infartos, las enfermedades de las arterias periféricas, entre otras, y para eso se utilizan las tablas que miden el riesgo cardiovascular global. Cuando el riesgo es alto, ya no hay dudas de que debe darse tratamiento farmacológico. En cambio, surge el dilema cuando se trata de un paciente con riesgo intermedio", comentó Palmira Pampraro, coordinadora de epidemiología de la Fundación Interamericana del Corazón, en Dallas, Texas.
Fuente: Clarín.


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